Comunicado Año 2019Virus del Valle del Seneca: Una enfermedad emergente con impacto en la producción porcina

Por: Carolina Moscoso Veloza. Profesional Grado II Área Sanidad.

Mario Eduardo Peña González. Director Área Erradicación PPC y Sanidad

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La globalización y la dinámica del mundo actual han provocado la aparición de enfermedades emergentes en varias regiones y países. Un ejemplo de ello es el virus del Valle del Seneca, desconocido hasta el año 2002 cuando fue descubierto accidentalmente como un contaminante de un cultivo de células retinales fetales humanas. Esta enfermedad se ha presentado en Nueva Zelanda, Australia, Estados Unidos, Reino Unido, Italia, Canadá, Brasil, China y Tailandia.

En Colombia apareció por primera vez en el año 2017 y desde entonces se han presentado un total de 35 casos. A continuación, se presenta un resumen por departamento de la ocurrencia de la enfermedad:

DEPARTAMENTO 2017 2018 2019
Antioquia 1 5  
Boyacá     2
Cauca   2 2
Cesar   1  
Huila   2  
Nariño   2 1
Risaralda     1
Valle del Cauca   6 10
TOTAL 1 18 16

Tabla 1. Casos de Virus del valle del Seneca por departamento

El virus pertenece a la familia Picornaviridae del género Senecavirus. Es un virus ARN pequeño, no envuelto, de cadena sencilla, con un solo serotipo, siendo los cerdos los huéspedes naturales del virus y en los que se presenta una enfermedad vesicular indistinguible de otras enfermedades vesiculares de rápida difusión. No afecta humanos y no es patogénico para las células normales humanas, pero es un virus oncolítico que puede propagarse en células tumorales.

Los signos clínicos incluyen vesículas llenas de fluido o erosiones en nariz, hocico, cavidad oral, lengua, banda coronaria y espacio interdigital. Así mismo puede evidenciarse diarrea, cojera e inapetencia en lechones antes de la aparición de vesículas y aumento en la mortalidad neonatal durante la primera semana de vida. Los cerdos adultos pueden presentar dificultad en el movimiento, disminución en el consumo de alimento, pérdida en la ganancia de peso, cojeras, letargia y fiebre transitoria.

La enfermedad puede afectar todas las edades de producción y la infección se puede volver endémica con manifestaciones subclínicas y disminución de la inmunidad.

El origen de la enfermedad, su epidemiología, rango de huéspedes y características de la infección aún son desconocidas, pero se ha logrado el asilamiento del virus en heces e intestino delgado de ratón, muestras medio ambientales y moscas domésticas de granjas afectadas, lo que sugiere que moscas y ratones pueden jugar un papel en la transmisión y epidemiología de la enfermedad.

La viremia puede durar 7 días, los signos clínicos pueden persistir por 2 a 14 días y el virus es eliminado en heces. La transmisión se produce por contacto directo con cerdos infectados o través del contacto con fómites. Algunos factores de riesgo asociados a la presentación de la enfermedad son las hembras de reemplazo y los vehículos que ingresan a las granjas.

El impacto económico depende de las mortalidades presentadas, las bajas en la ganancia de peso debido a la disminución en el consumo de alimento, los tratamientos instaurados, el costo asociado a su diagnóstico y la interrupción del comercio relacionada con la restricción del movimiento de animales mientras se obtiene un diagnóstico definitivo.

El diagnóstico puede realizarse mediante serología y biología molecular. Las pruebas utilizadas son detección viral, neutralización viral, microscopía electrónica, inmunofluorescencia, inmunohistoquímica e hibridización in situ para detectar antígeno, así como RNA en tejidos, anticuerpos monoclonales y ELISA indirecta. Los tejidos para la detección del virus son las vesículas rotas, las lesiones necrotizantes en lengua y piel de la banda coronaria y muestras de pulmón, miocardio y tonsilas.

No se han desarrollado vacunas comerciales para la enfermedad, por lo tanto, su control depende de la implementación de medidas de bioseguridad y de la realización de limpieza y desinfección adecuada de instalaciones y equipos. También debe implementarse control de plagas particularmente de roedores para reducir la transmisión del virus. Los protocolos de desinfección incluyen hidróxido de sodio, carbonato de sodio, ácido cítrico, aldehídos y oxidantes y el hipoclorito de sodio.

Ante la presencia de signos clínicos compatibles con la enfermedad, el productor debe notificar inmediatamente al ICA o a Porkcolombia, no mover animales afectados, restringir el ingreso y salida de personas, equipos y vehículos y aislar los animales enfermos.

Recordemos que mantener un buen estatus sanitario en nuestras granjas porcícolas es responsabilidad de todos.

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